La patología cervical y de la laringe es muy variada.
Las enfermedades que afectan al cuello suele incluir la aparición de un bulto o masa a este nivel. Por el contrario, la patología que afecta a la laringe suele conllevar un cambio en la voz o molestias en la deglución.
Ante la aparición de un bulto a nivel del cuello que no desaparezca en 2 ó 3 semanas es obligada la visita al Otorrinolaringólogo. Debemos distinguir aquellos bultos aparecen blandos y móviles que sugieren lesiones benignas en forma de quistes o nódulos de aquellos que aparecen más endurecidos y adheridos que son más característicos de malignidad.
A partir de los 45 años aumenta la incidencia de patología maligna y es aquí donde la visita al Otorrinolaringólogo de forma precoz se hace fundamental. Es determinante la exploración de la vía aerodigestiva superior, esto es la cavidad oral, la faringe y la laringe y determinar las características físicas de la masa y su localización ya que nos dará una idea del origen y la naturaleza del mismo. Normalmente el estudio se completa con una prueba de imagen, ya sea ecografía, TAC o resonancia magnética y la realización de una biopsia de la lesión que nos dará el diagnóstico final.
En el cuello existen gran cantidad de órganos y tejidos que pueden dar origen a un bulto, estas son: la glándula tiroides, los quistes branquiales y tiroglosos, glanduls salivales, adenopatías por aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, etc…
TIROIDES Y PARATIROIDES
La patología tiroidea es múltiple y normalmente los deriva al Otorrinolaringólogo un especialista en endocrinología cuando entiende que el tratamiento debe ser quirúrgico. Al crecimiento de la glándula tiroidea le llamamos bocio y puede ser difuso de toda la glándula o en forma de un nódulo o masa única palpable La sintomatología típica es la aparición de un bulto en la parte inferior y anterior del cuello.
Todos los bocios des deben ser estudiados mediante una ecografía y una biopsia con aguja fina (PAAF) que determinarán la naturaleza benigna o maligna de la lesión estableciendo una recomendación de extirparlo o no.
La cirugía de la glándula tiroides se llama tiroidectomía y consiste en la extirpación de una mitad o de la totalidad de la glándula. La intervención se realiza con anestesia general y comienza con la realización de una incisión central y baja en el cuello. Es importante durante la disección y extracción del tiroides ser cuidadosos y respetar los nervios recurrentes que mueven las cuerdas vocales y evitar así que aparezca una disfonía. Además hay que preservar las glándulas paratiroides que en número de 4 se encuentran en continuidad al tiroides y que son las que regulan el metabolismo del calcio.
La cirugía suele durar una hora y media dependiendo si es total o parcial. Al final de la misma se dejará un drenaje al menos durante 24 horas y en los controles inmediatos posoperatorios se controlarán los niveles de calcio y la movilidad de las cuerdas vocales. Los puntos de sutura se retirarán a la semana de la cirugía. Y el material extirpado deberá ser mandado a analizar para determinar la naturaleza definitiva de la lesión. En los casos en que se descubra malignidad, es decir un carcinoma de tiroides será necesario realizar una tiroidectomía total.
Las glándulas paratiroides son cuatro pequeñas glándulas que situadas en la proximidad del tiroides regulan el metabolismo del calcio. Su función se estudia por un Endocrinólogo que en ocasiones determina que el problema debe tratarse con cirugía por lo que derivará al Otorrinolaringólogo. Muchas veces no hay ningún síntoma de hiperfunción de las paratiroides y el diagnóstico de sospecha se realizará mediante una analítica que determina que el calcio está alto en la sangre y que será confirmado mediante la cuantificación de los niveles de hormona paratiroidea (PTH), producida por el crecimiento de la glándula. Es difícil, en estos casos que la paratiroides aumentada llegue a palparse, por lo que para localizar la glándula anómala se utilizaran diferentes pruebas de localización como la ecografía y la Gammagrafia con tecnecio-sestamibi.
La intervención de extirpación de la glándula anómala se denomina paratiroidectomía y se realiza con anestesia general iniciándose con una incisión en el cuello similar a la de la tiroidectomía. A través de ella se localiza la glándula paratiroides anómala que se extirpa. Posteriormente puede dejarse un drenaje cervical y comprobaremos los días posteriores el descenso en los niveles del calcio.
GLÁNDULAS SALIVALES: PARÓTIDA Y SUBMAXILAR
Las glándulas parótidas se encuentran localizadas a ambos lados de la cara por delante de los pabellones auditivos. Están encargadas de la producción de saliva. Normalmente no se palpan y conforman la silueta de la cara. Cuando en ellas aparece un bulto, al igual que en otras localizaciones es necesaria la realización de una Ecografía y una biopsia por punción.
Dependiendo del resultado se recomendará una cirugía que denominamos parotidectomía que consiste en la extirpación de una parte o la totalidad de la glándula parótida.
La cirugía se denomina Parotidectomía. Se realiza con anestesia general y se utiliza la misma incisión que en el lifting medio facial. Ésta discurrirá por un pliegue anterior al conducto auditivo para rodear inferiormente al pabellón auricular y se extiende posteriormente para esconderse en la línea del pelo. Es muy importante en la extirpación de la parótida localizar el nervio facial encargado de la movilidad de la cara. Una vez localizado se extrae la lesión y Se sutura la incisión, dejando un drenaje durante 24 horas.
Las glándulas submaxilares se encuentran localizadas inferiormente al arco mandibular a ambos lados del cuello. La patología es similar a la de la parótida aunque la más frecuente deriva de la aparición de un cálculo que origina la obstrucción de la salida de saliva y la consiguiente infección de la glándula. Cuando esta se repite hablamos de submaxilitis crónica y no es infrecuente que precise de la extracción del cálculo si es posible o de la totalidad de glándula. En este caso la intervención se denomina submaxilectomía.
QUISTES Y FÍSTULAS CONGÉNITAS
Los quistes congénitos son masas blandas que aparecen en el cuello en región central anterior y alta o laterales. Los centrales tiene origen en el trayecto de descenso de la glándula tiroides hasta su posición definitiva en la parte baja del cuello y los denominamos quistes tirogloso.
Los laterales, se producen por un defecto del cierre de la faringe durante el desarrollo y los llamamos quiste branquial. Generalmente ambos aparecen en la adolescencia.
El tratamiento de ambos es quirúrgico ya que si no conllevará infecciones recurrentes.
La cirugía se realiza con anestesia general mediante una incisión sobre el propio quiste para la extracción del mismo y el trayecto que los comunica con la faringe, ya que de no ser así es fácil la recurrencia del mismo.
ONCOLOGÍA
Es la parte de la Otorrinolaringología que se encarga de enfermedades tumorales o carcinomas. El origen de las lesiones es diverso: la cavidad oral, la faringe o la laringe.
Normalmente los pacientes acuden por molestias para tragar, molestias faríngeas, alteraciones en la voz o la aparición de una masa cervical lateral que no cura tras 2-3 semanas de tratamiento médico. Estás masas suelen corresponder a adenopatías que se producen cuando el tumor primario suelta células hacia los ganglios linfáticos del cuello y hacen que estos crezcan.
Es importante la exploración de la totalidad de las vías aéreas superiores para determinar el origen exacto y la extensión de la tumoración.
Ante la aparición de una adenopatía o ganglio lateral en el cuello que aparezca endurecido o adherido es fundamental acudirá a un Otorrinolaringólogo de forma precoz.
Los tratamientos de las lesiones tumorales en el área del cuello y la faringe son múltiples y debe enfocarse desde un punto de vista multidisciplinar que aúne a un Otorrinolaríngólogo, Radioterapeutas, Médicos Oncólogos, Radiólogos y Anatomo-patólogos.
En los últimos años muchas de la lesiones de la faringe y la laringe se abordan a través de la boca de forma transoral gracias al Láser CO2. Esta tecnología ha supuesto una revolución en el tratamiento de los tumores del área aerodigestiva superior ya que la ausencia de incisiones cervicales y la preservación del máximo de tejido sano favorecen la pronta recuperación del paciente. Es imprescindible para indicar un tratamiento con láser que el tumor se encuentre en un estadio precoz, por lo que ante la sospecha de una lesión de naturaleza maligna resulta fundamental la consulta con un especialista de forma urgente.
VOZ
En estos últimos años estamos viendo como aumenta la demanda de consultas por alteraciones de la voz, sobre todo en profesionales que dependen para su trabajo de ella como son las teleoperadoras, profesores y profesionales de la comunicación…
Ante cualquier modificación en el tono de la voz, que persista durante una o dos semanas es importante la consulta del Otorrinolaringólogo.
Las cuerdas vocales son los órganos que producen la voz, mediante la modificación del aire que sale de nuestros pulmones a través de la laringe. Para que esta sea normal es preciso que su movilidad sea normal y el borde mucoso de las mismas sea liso. En algunas ocasiones aparecen irregularidades en forma de pólipos o nódulos.
La exploración de la laringe se realiza mediante un fibroscopio que es una pequeña óptica flexible que se introduce a través de la boca o la nariz hasta conseguir una correcta visión de las cuerdas vocales.
La patología benigna de la laringe más frecuente incluye los pólipos, los nódulos y el edema de Reinke.
Los pólipos que suele ser una lesión única localizada en una de las cuerdas vocales. Los nódulos suelen aparecer como dos pequeñas lesiones anteriores en las cuerdas vocales y suelen tener origen en un mal uso o abuso en la utilización de la voz. El edema de Reinke consiste en la inflamación y acúmulo de líquido en el interior de ambas cuerdas vocales con el consiguiente crecimiento de la misma alterando la movilidad e irregularizando la onda mucosa. Tienen más relación con el hábito tabáquico y por los cambios crónicos que supone en la mucosa, es de más difícil solución.
El tratamiento del pólipo vocal es fundamentalmente quirúrgico con la extirpación del mismo. Esta cirugía se realiza con anestesia general y suele durar unos 20 minutos. Consiste en la introducción a través de la boca de un tubo que llega hasta la laringe para explorar la lesión. La exéresis puede realizarse con tijeras o Láser CO2. Siempre se enviará el pólipo para su análisis y verificar la naturaleza benigna de la lesión.
El tratamiento de los nódulos vocales se inicia con rehabilitación logopédica. Sólo si esta no consigue un buen resultado en cuanto a calidad vocal se planteará un tratamiento quirúrgico. Es fundamental en el tratamiento conseguir un mejor uso de las cuerdas vocales ya que si no se mejora la técnica vocal los nódulos vuelven a aparecer. Por ello no se recomienda una extirpación en un primer momento.
Si finalmente el paciente se opera, se realizará rehabilitación logopédica antes y después de la intervención.
La cirugía es similar a la del pólipo, pero suele durar un poco más ya que como describimos anteriormente las lesiones suelen aparece en número de dos en ambas cuerdas vocales.
El tratamiento del edema de Reinke es más complejo. Es fundamental abandonar el hábito tabáquico aunque por sí solo, ayudar a la no progresión del edema pero no corregirá el ya establecido. En algún caso se plantea la intervención quirúrgica para eliminar parte del edema y conseguir una mejora en la calidad vocal. Ya que los cambios en esta patología son crónicos y cicatriciales es difícil devolver la voz a la normalidad.